Ya tenemos nuestro Producto Mínimo Viable, ¿y ahora qué?
El objetivo de desarrollar un Producto Mínimo Viable no es otro que aprender. Y el tipo de aprendizaje ha de ir orientado a entender a nuestros hipotéticos clientes, si realmente tienen el problema que nosotros creemos que tienen y si la solución que proponemos es la que esperan o la adecuada. Una vez que hemos implementado nuestro MVP, aún queda lo más importante (y más difícil): llegar a los clientes, que lo usen, se enamoren y paguen por él.